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La calidad del suelo es un pilar fundamental para el éxito de cualquier explotación agrícola. Un suelo fértil y bien estructurado no solo mejora el rendimiento de los cultivos, sino que también contribuye a la sostenibilidad a largo plazo. En regiones donde los cultivos de cereal y leguminosas son predominantes, conocer las claves para mantener y mejorar la calidad del suelo es esencial.
Conoce tu suelo
El primer paso para mejorar la calidad del suelo es entender sus características. Un análisis de suelo ayuda a determinar:
✅ Su textura (arenosa, arcillosa, limosa).
✅ pH y niveles de materia orgánica.
✅ Capacidad de retención de agua.
✅ Presencia de nutrientes esenciales.
En lugares como Toledo y Cuenca, por ejemplo, predominan suelos calizos con tendencia a la compactación, mientras que en Zamora y Aragón es frecuente encontrar suelos arcillosos que pueden beneficiarse de técnicas de mejora estructural.
Incrementa la materia orgánica
Incorporar estiércol compostado, restos de cosecha y cultivos de cobertura es clave para mantener la fertilidad del suelo. En zonas donde las temperaturas suelen ser más elevadas, la materia orgánica se descompone más rápido, por lo que es fundamental reponerla de manera frecuente.
Beneficios:
✔️ Mejora la capacidad de retención de agua.
✔️ Aumenta la actividad biológica del suelo.
✔️ Favorece una estructura más aireada y suelta.
Implementa la rotación de cultivos y aprovecha los eco-regímenes de la PAC
La rotación de cultivos es una de las mejores estrategias para mantener la salud del suelo, reducir plagas y mejorar la fertilidad. En la nueva PAC, existen eco-regímenes que incentivan esta práctica, como:
🔹 Rotación con especies mejorantes: Alternar cereales con leguminosas como guisantes o veza ayuda a fijar nitrógeno en el suelo y mejora su estructura.
🔹 Siembra directa: Técnica que evita la labranza para reducir la erosión y conservar la humedad del suelo. Ideal para zonas más secas como la nuestra.
🔹 Cubiertas vegetales en cultivos leñosos: Aunque nos centramos en cereales y leguminosas, si alguna explotación tiene viñedos u olivares, esta técnica mejora la biodiversidad y la calidad del suelo.
💡 Beneficio extra: La aplicación de estos eco-regímenes permite acceder a ayudas económicas de la PAC, fomentando una agricultura más sostenible y rentable.

En la nueva PAC existen eco-regímenes que incentivan la rotación de cultivos, una de las mejores estrategias para mantener la salud del suelo. Foto: Marco Antonovic. Unsplash
Controla la erosión
La erosión del suelo es un problema frecuente en terrenos con pendiente o en zonas áridas. Para mitigarla:
✅ Utiliza cubiertas vegetales en invierno para proteger el suelo.
✅ Evita la labranza excesiva, especialmente en zonas secas.
✅ Aplica técnicas de siembra directa para conservar la estructura del suelo.
Optimiza el riego y la fertilización
Un riego eficiente evita problemas de salinización y lixiviación de nutrientes. En suelos más arcillosos, el riego por pulsos ayuda a evitar encharcamientos, mientras que en suelos arenosos es clave aplicar riegos más frecuentes pero con menos volumen.
En cuanto a la fertilización, es recomendable seguir un plan ajustado a las necesidades del suelo y del cultivo, evitando la sobreaplicación de nitrógeno para no deteriorar la estructura del suelo.
Conclusión: una inversión en el futuro
Cuidar la calidad del suelo agrícola no solo mejora los rendimientos actuales, sino que asegura la sostenibilidad de la explotación a largo plazo. Desde Agromonegros, apoyamos la implementación de prácticas que favorezcan un suelo sano y productivo, adaptadas a cada zona y cultivo.