Hola agroblogueros:

Ya se van desarrollando los cultivos y con ello debemos enfrentarnos a retos habituales esta época de primavera: el repunte de enfermedades y la aparición de plagas.

En cultivos como trigo blando, trigo duro, cebada, avena, guisante, triticale y veza, es importante mantener la vigilancia ahora que el ciclo vegetativo avanza y las condiciones de humedad y temperatura favorecen la propagación de patógenos.

¿Qué plagas y enfermedades debemos tener en el radar?

Enfermedades fúngicas:

  • Roya amarilla: especialmente en trigos y cebadas. Aparece con temperaturas suaves y humedad alta.
  • Oídio: polvillo blanco visible en hojas, puede frenar el desarrollo del cultivo.
  • Septoria: típica en trigo blando y duro. Mancha foliar que se da tras lluvias persistentes.
  • Mancha en red y ramularia: muy comunes en cebada, especialmente en zonas con lluvias frecuentes como la actual campaña.

En leguminosas como guisante o veza:

  • Mildiu: muy favorecido por primaveras húmedas.
  • Sitona: es un insecto que parasita a numerosas especies de leguminosas, principalmente las habas, en cuyos cultivos forma plagas con bastante frecuencia.
  • Pulgones: pueden aparecer a partir de abril con temperaturas suaves.

Mildiu. Foto de jcesar2015 recuperada de Pixabay.

¿Beneficio o problema? El impacto de las lluvias primaverales

Este año, las lluvias de marzo y abril han tenido un impacto desigual en distintas zonas de España.

  • En Leciñena (Zaragoza), uno de nuestros técnicos nos explicaba que el campo presenta buen aspecto, gracias a las precipitaciones moderadas de 25 l/m² registradas a finales de marzo. Los cultivos de secano como los cereales se han beneficiado notablemente, y muchos agricultores han optado por aplicar tratamientos fungicidas preventivos para garantizar una evolución saludable.
  • En cambio, en zonas como Aranda de Moncayo, las precipitaciones acumuladas superaron los 150 l/m², lo que provocó aparición de enfermedades en cereal, monilia en almendro y fincas completamente embalsadas.
  • En Zamora, nuestro técnico comercial nos contaba que los cultivos evolucionan bien y muchos agricultores ya han aplicado tratamientos preventivos con fungicidas para evitar complicaciones.
  • También lo consultamos en nuestra comunidad de Instagram: El 68% de los participantes consideraron que las lluvias beneficiaron a sus cultivos. El 32% afirmó que les causaron problemas importantes.

Estrategias para reducir el riesgo

Elegir semilla certificada

La base para evitar problemas desde el inicio. Aporta garantía sanitaria y trazabilidad, ayudando a reducir la transmisión de patógenos.

Tratamientos preventivos bien planificados

La aplicación de fungicidas debe ajustarse al momento fenológico y a las condiciones climáticas. En campañas húmedas, el seguimiento técnico cobra aún más importancia.

Buen manejo del cultivo

Un marco de siembra que permita la ventilación natural del cultivo, un abonado equilibrado (sin excesos de nitrógeno) y evitar el uso de maquinaria en suelos encharcados son claves para minimizar el riesgo.

Vigilancia regular del estado sanitario

Revisar hojas y tallos en busca de los primeros síntomas permite actuar antes de que la enfermedad se extienda.

Alternativas sin tratamiento químico

En caso de usar semilla sin tratar, conviene aumentar la frecuencia de revisiones, rotar cultivos y reforzar las prácticas agronómicas que reduzcan presión de inóculo (laboreo superficial, manejo de restos, etc.)

Conclusión

La primavera puede ofrecer condiciones muy favorables para los cultivos, pero también representa un momento crítico en lo que a sanidad vegetal se refiere. La clave está en observar el cultivo, prevenir a tiempo y tomar decisiones técnicas bien fundamentadas.

 

En Agromonegros seguimos muy de cerca la evolución de las parcelas y estamos a disposición de nuestros clientes para asesorar sobre qué hacer en cada situación.

 

¿Habéis detectado ya algún problema en vuestros cultivos esta primavera? Os leemos en comentarios.